cómo se realiza la producción de cereales con base de arroz, que tiene lugar íntegramente en nuestro país. Hasta el Delta del Ebro nos fuimos para contaros todo el proceso de los cereales: desde el campo hasta tu desayuno.
La zona del Delta del Ebro está dedicada en un 75% al cultivo (unas 20.000 hectáreas) principalmente de campos de arroz de muchas variedades, todas de grano corto, que representan el 30% de la producción nacional. Os contamos cómo se realiza el cultivo de arroz y la producción de cereales a orillas de este fantástico parque natural.
La base: la tierra y los agricultores
Nuestra visita a los arrozales del Delta del Ebro estuvo guiada por Manuel, agricultor de la zona, cuya familia lleva trabajando la tierra ya durante tres generaciones. Todo un lujo haber podido contar con su experiencia en primera persona y con su amabilidad: nos enseñó sus campos, nos habló de todo el proceso e incluso nos invitó a un aperitivo en su casa. Hizo de la visita un acto cercano, aportando sus propias experiencias personales.
Manuel nos habló del proceso de siembra y recogida del arroz: un proceso largo que exige cuidar del campo durante todo el año y recoger el fruto de su esfuerzo una sola vez. Desde enero comienza a prepararse la tierra, que previamente ha sido fangueada (arada en profundidad) y dejada con agua. En marzo, con la tierra seca, se pasa a llanear la tierra y nivelarla con un láser, quedando toda al mismo nivel, y se deja que se caliente y vaya cogiendo temperatura.
La época de siembra va desde finales de abril a principios de mayo, una vez que se ha vuelto a poner agua en los campos: el agua se calienta con la temperatura del suelo y hace que la planta del arroz crezca rápido y bien. En abril y mayo comienzan a crecer las plantas, que deben estar siempre cubiertas de agua hasta una altura de 15 o 20 cm. Es muy importante controlar la salinidad del agua (en el Delta, el agua del mar se une a la del Ebro), ya que si el nivel de sal es excesivo los cultivos se pierden.
Durante todo el verano se cuida de los campos, y los agricultores siguen sacando a mano las malas hierbas. En septiembre comienza la época de la cosecha, cuando se recoge el trabajo de todo el año. Una vez cosechado el arroz, los agricultores lo llevan hasta los molinos para su almacenaje.
El equilibrio naturaleza-agricultura
Como todos sabéis, el Delta del Ebro es un parque natural: esto quiere decir que su flora y fauna se encuentran protegidas. Esto es algo muy respetado por los agricultores de la zona, que tienen que adaptar sus cosechas al ciclo natural del Delta. Por ejemplo, para ellos sería perfecto secar el agua de los arrozales antes de enero, porque de esta forma salvarían el 90% de su cosecha, pero es necesario mantener el agua hasta esa fecha para respetar las medidas medioambientales.
Los molinos de arroz: evaluando la calidad de los arroces
Una vez el cargamento de arroz llega a la planta, se evalúa su calidad y se almacena en silos hasta que llega la demanda. Me pareció muy interesante el hecho de que el arroz se conserve integral, dentro de su cáscara durante todo el tiempo para que conserve así todas sus propiedades.
Cuando hay un pedido el arroz pasa de los silos a los molinos donde se separa la cáscara, se limpia de impurezas, se blanquea, se evalúa y se prepara para su consumo. Los granos de arroz se separan según su calidad: deben ser siempre enteros si son destinados para arroz de cocina, mientras que los granos partidos se usan para otros fines, como por ejemplo, algunos cereales.
Cereales de desayuno: ¿sí o no?
Dentro de los cereales de desayuno disponemos de una enorme oferta con variedad de ingredientes y sabores entre los que podemos elegir. ¿La clave? Comprobar que tienen cabida dentro de nuestro requerimiento calórico diario, así como dentro de nuestros requerimientos de macronutrientes. También habría que tener en cuenta nuestros propios gustos personales y el objetivo que perseguimos con nuestra alimentación.
Personalmente creo que una ración de cereales de desayuno, sobre todo si son integrales, pueden entrar perfectamente dentro de una alimentación equilibrada. Los conceptos clave serían “una ración” (no una caja) y “equilibrada” (comprueba qué vas a comer en el resto de tus comidas diarias).
La elección, al final, es siempre nuestra: piensa qué necesita tu cuerpo cada día y comprueba que tu alimentación va dirigida a ese fin.
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